En la sala de bebés, la prioridad está puesta en las propuestas personales con momentos de interacción entre los niños.
Implica fundamentalmente el contacto afectivo y corporal y la resignificación de actividades de crianza desde la intencionalidad pedagógica.
Los momentos de higiene, descanso y alimentación deben necesariamente ser capitalizados como períodos de enseñanza y de aprendizaje.
Estos instantes son de vital importancia para establecer un vínculo estrecho, una conexión respetuosa y personal, un espacio para brindar posibilidades particulares a cada niño, convirtiendo las actividades diarias en actos disfrutables y enriquecedores.